Llevo toda mi vida buscándote por cada rincón, mirando a ver si aparecías y me llenabas de alegría.
Y cuando menos me lo espero, doy media vuelta y apareces ahí, con tu mirada, con tu sonrisa, con esa bondad que me encoje, con esa manera de ser que me ahoga, con ese tú que me [enamora].
Y yo, tan tonta, reacciono como si hubiera visto un fantasma.
¿Por qué me haces sufrir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario